Carta desde Bruselas

Queridas amiguitas

En mi ultima misiva os conte como nos fue la cosa hasta Paris, asi que seguiremos por donde lo dejamos.

El pasado domingo llegamos alli y nos alojaron Guillaume, quebeques, y Tyare, chilena, residentes en Paris, viejos amigos nuestros y ahora con una hijita de seis meses.

La recepcion no pudo ser mejor porque nos hicieron un plato quebeques simple pero efectivo llamado Poutine, consistente en patatas fritas con queso cheddar que se derrite al ponerle la salsa de Poutine, una salsa de mas de treinta ingredientes que esta de rechupete. Va a ser dificil adelgazar.

El dia siguiente nos pusimos como objetivo ir de paseo por Montmartre. Paris es otro rollo, es un pifostio permanente, es una gran ciudad con mucho ajetreo, el doble que en Madrid, con militares de tres en tres paseando por el metro con la ametralladora, gente que va de arriba a abajo a toda castaña. El Metro es el peor que he conocido en mi vida, creo que es peor incluso que el de Sevilla – los de Sevilla lo entenderan – , es dificilisimo hacer conexiones entre lineas, hay que ir todo el rato alante y atras como idiotas y en medio de los pasillos te encuentras con torniquetes donde tienes que meter otra vez el billete. Una ful. Para no andarme con rodeos ya os voy a comunicar que Paris me parece una mierda, suerte que estabamos en buena compañia con nuestros amigos.

Decia que nos dirigiamos a Montmartre, alli lo que hicimos fue subir hasta el famoso Sacre Coeur andando y morirnos de frio. Hacia un viento gelido, con lluvia gelida que debido al fuerte viento venia de lado y te calaba hicieses lo que hicieses. Ademas el barrio de Montmartre, que es bastante bonito, y toda la zona, esta lleno de excursiones de turistas de estas de mala muerte que dan asquete.

Lo bueno una vez mas es que Guillaume y Tyare nos hacian comiditas para chuparse los dedos y aquella noche tocaron para cenar vieiras con gambas y una salsa buenisima.

El segundo dia lo utilizamos para hacer la tonteria del viaje. Si amigos, subimos a la Torre Eiffel, dejandonos once euracos. Una mierda, no subais, hacedme caso, hay buenas vistas en otras partes y no te tratan como un borrego. Alli te apretujan para subir bastante, apenas ponen ascensores, esperas unas horas y haces el canelon alli arriba.

Por suerte fuimos a la Place de la Contrescarpe a rendir tributo a Jacques Martineau, es una placita detras del Panteon en un barrio muy agradable. A mi me gusta esto de meterme en una ciudad y ponerme a buscar cosas que no vienen en ninguna guia pero que a mi me llaman la atencion y lo cierto es que presentar mis respetos a Martineau, cosa que pocos van a entender, era algo que tenia que hacer.

Por si fuera poco nos volvieron a alimentar a lo grande, nos invitaron a cenar a un sitio llamado Chez Papa, de comida de Iparralde, donde descubrimos la Oldarki, cerveza al Patxaran. Hay que ver lo bien que nos trataron oiga. Tambien fuimos a una especie de tabernilla, Chez George, muy interesante para tomar un vinillo.

Nuestro ultimo dia alli lo dedicamos a gestionarnos un poco la vida con Internet, a mirar nuestros contactos y todo eso. Tambien a pasar con Tyare y la niña por un parque muy chulo cercano a su casa. No creais que todo eran comilonas, porque las cenas eran brutales pero las comidas basicamente eran pure de verduras y ensaladas, lo cual nuestra salud agradecera mucho. Claro que por otro lado un par de dias nos hicieron para desayunar crepes, ni mas ni menos. Ese ultimo dia tambien quedamos con Elena, una amiga de Aurora del instituto, con la que fuimos a dar una vuelta por la zona de Barbes, una zona con muchisimo ajetreo. En honor a las tiendas SYMPA que estan por toda la ciudad, no nos quedo mas remedio que hacer un idem en un bar.

Esa noche tuvimos la cena de despedida y nos encargamos nosotros de hacerla. A parte de Guillaume y Tyare estaba en la casa Hana, una chica polaca que habia por ahi y que tenia un gusanete en el culo porque tenia muchas ganas de madrugar al dia siguiente para turistificarse.

La salida de Paris fue tremenda. Fue cosa de poner el dedo levantado en un sitio llamado Porte de La Chapelle y pasar cuatro horas como gilipollas pasando frio. Nos juntamos con dos chavales holandeses que querian ir a Rotterdam del mismo modo, nos repartimos el territorio pero nada. Ellos se desesperaron y se piraron. Nosotros aguantamos bastante rato, pero al final decidimos pillar un taxi y decirle que nos dejase en la primera estacion de servicio en la carretera hacia Lille y asi lo hicimos. Total, que llegamos alli y nos encontramos a los holandeses. Como ellos estaban antes, les dejamos la prioridad, pero al final convencieron a un señor para que les llevara hacia Belgica, el señor nos vio a Aurora y a mi y no se le ocurrio otra cosa que llevarnos a los cuatro, que tipo mas majo. Se llamaba Laurent y era un abogado doctor en Internacional Privado, autostopista en sus años mozos que nos llevo hasta Lille.

En Lille nos quedamos en casa de Pascal, el segundo quebecoise seguido, un experto autostopista con el que pasamos un gran rato. Junto a otros amigos esta intentando organizar una carrera de autostop por el mundo, le dijimos que contase con nosotros pero la quiere hacer para verano y a saber donde andamos para esas fechas. Junto a el conocimos a gente muy maja en Lille, como el gran viajero Fabrice y sus compañeros de piso, junto a los que tomamos una autentica raclette francesa.

Una anecdotilla de Lille es que alli tuvimos nuestra primera fiesta Erasmus, algo que esta curioso cuando ya has terminado la carrera. Pascal conoce a mucha gente extranjera alli que esta con becas diversas y monto una fiestecilla.

La casa de Pascal merece una mencion especial, un piso de doce metros cuadrados sin baño ni ducha – eran comunitarios- a la que llamabamos EL BARCO. Suerte que Pascal es un tipo muy organizado y el espacio estaba muy bien aprovechado.

Nuestras impresiones sobre Lille son muy positivas, es una ciudad caracterizada por su vida universitaria y su pequeño comercio – bueno por aqui hay pequeño comercio en todas partes – de tamaño muy agradable.

El propio Pascal nos recomendo un buen sitio para encontrar alguien que nos llevase hacia Belgica. Alla fuimos y en seguida nos cogio Clara, una chica que trabajaba como representante musical con interesantes temas de conversacion como el naturismo y el crudivorismo, que nos cruzo la frontera hacia Valonia. Desde alli llegamos a Bruselas con Cedric, un chico muy majete con el agradable trabajo de enterrador – eso nos pasa por preguntar lo tipico – que se empeño en darnos un billete de diez euros.

Aqui andamos ahora, en Bruselas, el paraiso de la cerveza y el chocolate, en casa de Tom; un magnifico guia que ayer y hoy nos ha estado enseñando la ciudad. Ayer fuimos dando un paseo hasta el Palacio real y acabamos en una cerveceria llamada Delirium Tremens con 2000 cervezas distintas en su carta. Se nos sento al lado un tio llamado Sebastian que estaba como una chota, llevaba encima una lista con las cervazas mundiales que le faltaban por probar – muy pocas – y nos conto que tenia un fichero excel con todas las cervezas que habia tomado y sus comentarios criticos. Me prometio enviarme el fichero, a ver si lo hace.

El dia de hoy lo hemos dedicado a pasar por Bruselas,Tom nos ha ido enseñando toda la ciudad, el famoso Maneken Pis y muchos rincones especiales, como un mercadillo que hay por aqui tipo El Rastro, pero solo como las partes cañis del rastro, con grifos antiguos y todo eso. Tambien hemos visto otro mercadillo donde tenian peliculas de Joselito en frances, para que veais lo que es la Union Europea.

Hemos paseado por distintos barrios y hemos acabado la jornada visitando un enorme parque que hay al sur de la ciudad. Nosotros estamos en la zona donde esta todo lo de la Union Europea, conviven edificios modernos con casas antiguas. Hemos conocido tambien el barrio de Matongue, que es el barrio africano, hemos pateado todo el centro, hemos probado el chocolate belga – delicioso – y hemos tenido buenas caminatas. Aun asi lo que mas me gusta son esas tiendas de lavadoras que hay por todas partes porque aqui no es tan comun tener en casa. Mañana iremos a una de estas.

Bruselas es, de las ciudades que hemos conocido, quiza la que veo mas parecida a Madrid, con sus diferencias, y ademas es mas tranquila y un poco otro rollo, pero no se, es una ciudad grande, tiene su ajetreo pero no es un terror como Paris.

Aqui lo dejo por ahora, me gustaria extenderme mas pero no siempre es posible.

Mencion especial a Txiva, Manolo, Dani Lucas y Blanca, que ayer fue su cumple, la quinta del quince de Marzo.

A ver si los de Denia vais a animar al equipo, que nos quedan diez finales i si no tornem a tercera divisio i aixo not pot ser

Tras 16 dias de viaje mayoritariamente con frio, viento y lluvia, finalmente he sucumbido, voy por Europa con la garganta hecha un higo y el moco colgando.

~ por Antonio en marzo 16, 2008.

4 respuestas to “Carta desde Bruselas”

  1. Bueno, en contra de tu costumbre toma alguna medicina, ya que parece que no vas a tener tiempo para quedarte en la cama. ¿O si?
    Forma parte de la leyenda que el manneken hace pis sobre el escudo de los austrias, es cierta?

  2. Ya veo que no os aburrís nada y que todo marcha bien. Eso está bien 😉 😉
    Espero que saludaras a Martineau de mi parte…
    Cuidense mucho.
    Besitos detrás de las orejas.

  3. Odiaba París hasta que descubriera sus rincones escondidos con un amigo parisino. Tendréis que volver y os organizaré algo tipo «Les charmes cachés de Paris» 😉

  4. […] Ago Publicado originalmente en Camino a casa, 16 de Marzo de […]

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